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Estado Español
- 27 de abril de 2021

Sobre la organización FRENTE OBRERO- PML (RC):

Un neo-estalinismo reformista para traicionar a la clase obrera nuevamente y que la juventud no opte por una solución revolucionaria

¡No podemos permitir que levante cabeza el Estalinismo,
que acabó con la revolución española de 1936!

Podemos vació las calles y desmovilizó la indignación que hervía en las plazas y las avenidas desde el 15-M de 2011 hasta las Marchas de la dignidad de 2014, y la desvió desde 2015 hacia la trampa electoral y las instituciones burguesas. En las calles quedó un vacío que no fue llenado por opciones más a la izquierda. Unidas Podemos (Podemos y el PCE-IU), la izquierda del régimen monárquico del 78, había expropiado la lucha y estabilizado, así, al régimen. La puntilla final la dieron en 2019 con su entrada junto al PSOE en un Gobierno al servicio del Ibex 35, la Corona y el Maastricht imperialista. Ante esta situación otros grupos más a la izquierda no plantaron alternativa ni resistencia, colectivos y grupos estalinistas, anarquistas y ex-trotskistas no ocuparon ese espacio en las calles porque todos ellos se posicionaron desde entonces, de una forma u otra, dentro o en torno a Podemos y sus políticas.

Desgraciadamente, producto de ese descontento y desmoralización, están creciendo organizaciones como el Frente Obrero, nucleado en torno al Partido Marxista-Leninista (Refundación Comunista), un frente transversal roji-pardo con un programa reformista que mezcla un lenguaje pseudorrevolucionario y una imagen estalinista paramilitar con elementos nacional-patrióticos, populistas, machistas y tránsfobos. Con esta fórmula, ideal para el régimen, el Frente obrero podría ser, si sigue su crecimiento, el actor perfecto para impedir la irrupción revolucionaria de la clase obrera y su juventud en esta época de acuciante crisis.
Una muestra del aumento en influencia del Frente Obrero fue la manifestación conmemorativa del 90 aniversario de la proclamación de la II República. Los pequeños grupos estalinistas, fracciones del PCE a lo largo de las últimas décadas (PCPE, PCOE, Iniciativa Comunista, Red Roja, PCE (ml), PCTE, Unión Proletaria, OC Revolución, Partido (m-l) de los Trabajadores...) juntaron entre todos, junto a su matriz el PCE, solo a unas decenas de militantes, predominantemente de las generaciones que vivieron la transición. Esto contrastaba con la multitud joven organizada por centenares tras las dos pancartas del Frente Obrero y el PLM (RM) con pose y desfile fascistoide portando incluso retratos de dos reaccionarios contrarrevolucionarios: uno, el de Stalin, el que degeneró y deformó burocráticamente el estado obrero de la URSS tras la muerte de Lenin, el de la pseudoteoría del “Socialismo en un solo país” y el sepulturero de la revolución española (sobre esto último hablaremos más adelante para concluir que pasear a Stalin por Madrid es especialmente contrarrevolucionario). El otro retrato es el del dictador albanés Enver Hoxha, la quintaesencia del ultraestalinismo hasta la caricatura ya que no es que solamente te mandara al gulag por disidente, como Stalin, es que llegaba a la absurda aberración de prohibir escuchar rock, los pantalones vaqueros y el dejarse la barba, bajo pena de cárcel. Hoxha fue el teórico de la autosuficiencia y del Socialismo en un solo (mini)país autárquico, Albania, que llenó de búnqueres. Y lo peor es que las fotos de Stalin y Hoxha las mostraban junto a las de Marx, Engels y Lenin, usurpando y manchándoles.

El Frente Obrero es el resultado de una nueva fracción del PCE y el PCPE desde 2009 y, al servicio de un programa reformista con elementos reaccionarios que vamos a tratar más adelante, han construido un entramado que cuenta ya, tras un periodo de acumulación de fuerzas de más de una década, con su propio sindicato (Frente de Obreros en Lucha), su banco de alimentos (Banco Obrero Solidario de Alimentos), con su proyecto de formación (Universidad Obrera), con asociación juvenil (Juventud Combativa), con asociación estudiantil (Estudiantes en Lucha), con Casas del pueblo y Campamentos de formación y combate, con espacios ocupados (Esperanza Obrera).... Y en el centro de todo este conglomerado está como núcleo el Partido Marxista-Leninista (Reconstrucción Comunista) con sus propias juventudes (Juventud Marxista-Leninista). Su proceso de expansión es visible con la constitución de comités regionales y locales y su Coordinadora Estatal de Lucha Social. También cuentan con un popular canal de YouTube (Formación Obrera) regentado por su líder mesiánico Roberto Vaquero, otro canal más juvenil (Patente de corso) y su rama formativa (Formación Comunista), un canal de literatura (La biblioteca de Vaquero), además de los canales más orgánicos del Frente Obrero y el PLM (RC).

El papel de este neo-estalinismo y su programa socialchovinista
Toda esta amalgama está puesta al servicio de un programa reformista, a pesar de su palabrería y simbología pretendidamente revolucionaria. Y aunque alardean de lo contrario, su programa defiende el régimen (este régimen del 78 que mantiene a más de 400 luchadores vascos en las cárceles, y que dieron un verdadero golpe de estado en Catalunya apaleando a los catalanes que se estaban ganando su independencia el 1-O del 2017), tanto como Podemos y el PCE-IU, pero desde un poco más a la izquierda. El Frente Obrero – PLM (RC) es un instrumento del sistema para defender desde dentro de las filas obreras aquellos postulados clave que el sistema no podría introducir por sí mismo dentro de la juventud combativa: El Frente Obrero defiende la unidad de España, es contrario a la apertura de las fronteras reivindicando el discurso derechista de la “inmigración ordenada”, se negó a defender al rapero represaliado Pablo Hasel (encarcelado por el delito de injurias a la Corona) y no condenó la represión policial contra las manifestaciones en su apoyo, negándose a protestar contra la violencia del Gobierno PSOE - Unidas Podemos. Además, este grupo neo-estalinista, mantiene postulados ultraconservadores machistas y tránsfobos y los camufla con un falso anti-posmodernismo.
Especialmente reaccionario es su patriotismo nacionalista español del que hacen gala con su consigna “¡Viva España con honra!”,y acompañando a lemas como "Por el socialismo" y "Por la Revolución" aparece el de "Por España" y "Por la patria", llegando al esperpento de hablar de “orgullo nacional” e “identidad nacional”. Buscan una transversalidad roji-parda reivindicando incluso el día de la Hispanidad. Este aspecto de su programa es especialmente importante para el régimen porque el Frente Obrero – PLM (RC) tiene la misma política de Unidas Podemos en el conflicto de opresión nacional que se vive en Catalunya, cubriendo el flanco izquierdo del españolismo. Antes Unidas Podemos y ahora el Frente Obrero profundizan la política de aislar a los trabajadores catalanes de los del resto del Estado español para que se arrodillen ante el Rey y renieguen de su lucha por aplastar la Monarquía en Catalunya y en el resto del estado, a pesar de, en el caso del Frente Obrero, desfilar con decenas de banderas republicanas y con hoces y martillos. Ahora con un Podemos y un PCE-IU sin credibilidad, en el seno en el gobierno del régimen del Rey, al régimen le viene bien un nuevo sujeto para mantener engañado a un sector de la juventud más radical. El Frente Obrero, como nuevo sujeto apaciguador en el tema nacional, cumple ese papel como brazo de extrema izquierda del régimen asegurándolo contra el independentismo catalán, contra la amenaza a las fronteras por el tema de los migrantes y siendo barrera ante la juventud antirrepresiva que se opone en las calles al Régimen, además de ser un contrapeso al feminismo, los activistas raciales y el movimiento LGTBI.

El estalinismo siempre ha sido la quinta columna de la burguesía en el seno del movimiento obrero. Si la burguesía, que es minoritaria, manda sobre la clase obrera es porque utiliza a las direcciones traidoras estalinistas en su objetivo de mantener a la juventud obrera arrodillada. En todos los test ácidos de la lucha de clases a lo largo de la historia el reformismo estalinista se ha colocado en el lado opuesto a la clase obrera. El Frente Obrero – PLM (RC) se sitúa con el poder, siendo muy efectivos porque llevan el discurso de la burguesía en algunos puntos clave, pero con los símbolos de la clase obrera, hoces y martillos, banderas rojas, etc... expropiándolas y vaciándolas de contenido revolucionario.

Roberto Vaquero, el líder del Frente Obrero y el PML (RC) es un antiguo alumno de Pablo Iglesias cuando este era profesor universitario, y, además de su popular canal en Youtube, interviene en televisiones minoritarias como tertuliano, tal y como comenzó Pablo Iglesias en su día antes de dar el salto a las tertulias de las grandes cadenas de televisión, lo que le catapultó a poder presentarse con éxito a las Elecciones Europeas. Quizás el Frente Obrero, representando a un sector un poco más a la izquierda, pretende seguir los mismos pasos con Roberto Vaquero, ya que aseguran estar llevando a cabo un trabajo acumulativo para presentarse en las elecciones a medio plazo.

Criatura, hija de la traición del PCE, Podemos y también de ex–trotskistas como Anticapitalistas
La culpa del crecimiento del Frente Obrero – PLM (RC) no solo es del papel reaccionario llevado a cabo desde la “Transición” por el PCE y los sindicatos del régimen CCOO y UGT ni tampoco es solo responsabilidad de Podemos y el PCE-IU en el presente siglo, como hemos relatado más arriba. La culpa es también del papel desempeñado por los grupos de ex-trotskistas, usurpadores del nombre de la IV Internacional, que podrían haber ocupado con una política revolucionaria el hueco dejado por Podemos en las calles, pero, muy al contrario, se plegaron a los de Pablo Iglesias. Grupos de ex-trotskistas o falsos trotskistas, como Anticapitalistas y otros grupos como Izquierda revolucionaria (El militante) prostituyen vilmente el nombre del trotskismo mezclando las banderas del Trotskismo con las del Estalinismo. Anticapitalistas proviene del trotskismo, y aunque ya no se dice trotskista su fama proviene de él, y otros como El Militante usan el nombre del trotskismo para mancharlo. Estos grupos reformistas saben que las limpias banderas de la IV Internacional es el único sitio desde donde se puede hablar mirando a los ojos a la clase obrera, por eso falsifican y mienten a la clase obrera para esconder su política reformista anti-trotskista.

Anticapitalistas no es que solo se plegase a Podemos, es que, además, desde sus inicios en 2013 puso todo su aparato para la construcción de Podemos. Y aunque abandonó hace un año dicha formación, supuestamente, porque había entrado en el gobierno estatal del PSOE, pide ahora el voto para que sea posible un gobierno en la Comunidad de Madrid de ese mismo PSOE con los votos de Unidas Podemos y Más Madrid. Anticapitalistas, que salió manchado de Podemos, vuelve a situarse como prolongación de Podemos y, subsidiariamente, del PSOE, sosteniendo al régimen en nombre de la izquierda más radical. Otros grupos que se llaman trotskistas, entre ellos Izquierda Revolucionaria (El Militante), tienen también buena parte de la culpa al apoyar a Podemos desde dentro o desde fuera de dicha formación. La política de colaboración de clases de estos renegados del trotskismo ha servido para someter a la clase obrera y los explotados a los pies de la monarquía y sostener al régimen de la Constitución del 78.
Al tener los ex-trotskistas este papel respecto a Unidas Podemos, que es un agrupamiento de socialdemócratas y estalinistas, se sometieron y dieron cobertura desde la izquierda al oportunismo. Y ponen toda posibilidad de lucha a los pies de las instituciones burguesas, contribuyendo, igual que el estalinismo, a estabilizar el régimen monárquico que controla la burguesía del Ibex 35 y depende del Maastricht imperialista de la UE. Y eso viene a defender en última instancia al Régimen del 78 y sus Pactos de la Moncloa que tantas conquistas le han arrebatado a la clase obrera.

Reaccionarios paseando la foto de Stalin por Madrid 85 años después de su traición a la Revolución española
Estos reaccionarios revisionistas del Frente Obrero y el PML (RC), que gritaron en la última manifestación por la República “¡Viva España con horna!”, llevaban con orgullo el cartel con el rostro de Stalin. Del mismo modo rememoraron la atroz foto de 1937 con Stalin en el arco central de la Puerta de Alcalá, colocando frente a ella, hoy en 2021, una pancarta que incluía fotos de los contrarrevolucionarios Stalin y Enver Hoxha.
Reivindicar después de 85 años del inicio de la Revolución y Guerra civil a Stalin, que mató por la espalda a la vanguardia revolucionaria en la Guerra Civil (lo que llevó ulteriormente al triunfo del franquismo), es un buen ejemplo de lo que estos neo-estalinistas representan en la actualidad.

El papel que desempeñaron Stalin y el PCE en la Revolución y Guerra civil española fue la de recomponer el estado burgués y acabar con la revolución mediante la táctica ideada por Stalin de Frente Popular en el que hay un sometimiento de la clase obrera a una fracción de la burguesía.
El 18 de julio de 1936, el fascista Franco dio un golpe militar que desencadenó la revolución obrera que había querido prevenir. La clase obrera se armó y dejó de existir la legalidad vigente, la República burguesa. Y los Comités de los trabajadores llevaron a cabo colectivizaciones en la ciudad y en el campo en muchos lugares de la zona “republicana”. La Revolución del 19 de julio hizo estallar el régimen capitalista republicano. Tras el 19 de julio el futuro dependía de la confrontación entre la revolución obrera triunfante y la voluntad del Frente Popular, liderada por la burguesía republicana y los estalinistas del PCE, de reconstruir el estado burgués, es decir de volver a la situación de antes del 19 de Julio. Fue, por tanto, una lucha entre revolución y contrarrevolución.

Las traiciones de Stalin, del PCE y del Frente Popular jugaron un rol crucial para las derrotas que cayeron sobre el proletariado español y que dieron paso a una cruenta dictadura fascista de 40 años.
La del Frente popular es una pseudo-teoría basada en los intereses internacionales de Stalin hacia Francia y Reino Unido. Stalin propuso para el estado español la táctica que los mencheviques llevaron en 1917. Stalin y el estalinismo, como segunda ola de menchevismo, propusieron esta táctica para parar la revolución.

En la España de 1936 la situación estaba madura para la revolución, la clase obrera estaba dispuesta a dar su vida por ella, en cambio las direcciones traidoras del Frente Popular, capitaneadas por el estalinista PCE, no defendían un programa socialista, al contrario, su misión era torpedear la lucha por la transformación socialista de la sociedad defendiendo la propiedad privada. El Frente Popular, cuando ganó las elecciones de febrero, se había opuesto explícitamente a la nacionalización de la tierra y a dársela gratuitamente a los campesinos, también era contrario a la nacionalización de la banca y el control obrero de la economía, ni siquiera defendía un subsidio de paro.
A partir del estallido de la Revolución y guerra civil, el Frente popular ideado por Stalin hizo lo posible para que no se pudiera destruir los pedazos que quedaban de la República capitalista, que finalmente acabó reconstruyéndose gracias a la acción política del bloque frentepopulista republicano-estalinista.

Es significativo el papel que tuvo Stalin en la Guerra Civil Española. Mientras Mussolini y Hitler intervinieron de parte de la zona franquista el 24 y 25 de Julio, es decir 5 días después del inicio de la Guerra, Stalin no intervino hasta octubre, 3 meses después, cuando se daban ya los pasos hacia la reconstrucción del poder burgués y se empezaba a aplastar en la zona republicana la revolución obrera.
Stalin condicionó su intervención al aplastamiento de la revolución, de la que fue su principal verdugo en el seno de la zona republicana. Su misión era frenar la revolución para demostrar a Francia e Inglaterra que eran defensores de la propiedad y la legalidad de la república burguesa. Un dato a tener en cuenta es que Stalin sólo daba armas a las milicias que se reconvertían en Ejército Popular, al servicio de los que quería reconstruir el poder burgués.

La razón de por qué fueron los estalinistas del PCE los grandes defensores del Frente Popular está en la orientación de la Internacional Comunista, stalinizada ya totalmente en los años 30, hacia las “democracias capitalistas” y en los pactos de coexistencia pacífica de Stalin con ellas. Stalin utilizó a los Partidos Comunistas para ahogar revoluciones en países capitalistas y dar signos claros a Francia e Inglaterra de que los Partidos comunistas eran los mayores defensores de la Democracia burguesa. Stalin utilizó a todos los Partidos Comunistas en Europa para ahogar las revoluciones.
Stalin y el Frente popular abrió las puertas a Franco, fue Stalin el que derrotó a la Revolución, haciendo el trabajo sucio a Franco. El momento decisivo fue mayo del 37 en Barcelona donde el PSUC (el PCE de Catalunya) estuvo junto al gobierno burgués de la Generalitat de Companys en las barricadas opuestas a los obreros insurreccionados que se oponían a la provocación del estalinista Rodriguez Martínez Salas cuando tomó la Central telefónica que estaba en manos de los obreros de la CNT.
La contrarrevolución venció a la revolución no porque el estalinismo tuviera el apoyo obrero en la Barcelona de 1937 sino porque la dirección reformista de la CNT, que tenía ministros en el gobierno burgués de Frente Popular, y los extrotskistas y bujarinistas del POUM se plegaron al estalinismo y llamaron al abandono de las barricadas. Ante tremendas traiciones, nada pudieron hacer las fracciones minoritarias de la izquierda del anarquismo (Los amigos de Durruti) o los Trotskistas de la Sección Bolchevique-Leninista de España, partidarios de la IV Internacional, únicos grupos que tenían un programa revolucionario.

Fue criminal el papel de los enviados de Stalin en los Hechos de mayo de Barcelona y más lo fue a partir de junio de 1937 en la zona “republicana” donde la contrarrevolución del bloque burgués-estalinista del Frente Popular se impuso definitivamente masacrando los restos de la revolución.
La liquidación de la revolución fue la que conducirá en última instancia a la pérdida de la guerra frente a las tropas franquistas. El Gobierno Negrín-Stalin fue el gobierno de la contrarrevolución, el resultado de la derrota de la clase obrera en las Jornadas de mayo.
Stalin se había salido con la suya, satisfizo los intereses internacionales contrarrevolucionarios del capitalismo contra la revolución obrera. Stalin consolidó el estado capitalista republicano.
Tras las Jornadas de mayo para aplastar definitivamente la revolución el Gobierno Negrín-Stalin se sirvió de la represión. Ejemplos de ella fueron el asesinato de los poumistas Andreu Nin y Kurt Landau, de anarquistas como Bernini y de los trotskistas Moulin y Wolf. El POUM fue sometido a un proceso de ilegalización similar a los que Stalin estaba llevando a cabo en Moscú en aquellos años contra la vieja guardia bolchevique que había hecho la revolución de octubre de 1917.

El Servicio de Investigación Militar, el Ejército y la policía estaban en manos del PCE y los técnicos y consejeros enviados por Stalin desde la URSS. Estos eran los resortes de la represión junto a la NKVD o GPU, policía política estalinista enviada desde Moscú. En las cárceles de la zona republicana había más revolucionarios que fascistas. La actividad de las checas extraoficiales de los estalinistas contribuyó a ello.

La base del Gobierno Negrín-Stalin era el “Programa de los 13 puntos” que acabó con los comités-gobierno potenciando el estado burgués republicano, especialmente cruel fue la disolución del Consejo de Aragón a manos de las tropas del estalinista del PCE Líster.
Este gobierno acabó también con las milicias obreras potenciando el Ejército Popular burgués, las armas que enviaba la URSS, más que estar destinadas a combatir al ejército franquista, fueron utilizadas contra estas milicias revolucionarias del campo republicano.
Y acabó con las colectivizaciones, es decir, el gobierno del Frente Popular de Negrín expropió a la clase obrera entregando las tierras y fábricas a sus antiguos propietarios, burgueses y terratenientes. En suma, el éxito contrarrevolucionario de Negrín y Stalin fue hacer retroceder la revolución obrera que en el campo y la ciudad había tenido lugar desde el 19 de julio del 36.

Este fue el legado de Stalin en el Estado español de los años 30 que los del Frente Obrero y el PML (RC) reivindican. Muy significativo. De ocurrir hoy en día una revolución en suelo español, estos neo-estalinistas reaccionarios y revisionistas reaccionarían del mismo modo: asesinando la revolución.

Llamamiento trotskista contra el reformismo reaccionario del Frente Obrero
Los revolucionarios trotskistas hacemos un llamamiento a todos los que se dicen trotskistas, continuadores de la tradición bolchevique y leninista, para parar este neo-estalinismo. A las organizaciones que se llaman trotskistas les pedimos que rompan con sus alianzas con cualquier sector del Estalinismo, abandonando los partidos únicos de estalinistas y “trotskistas” porque todo estalinismo es heredero de los que asesinaron a los Trotskistas en la URSS y el resto del mundo y los que defendieron la quinta columna asesinando con el tiro por la espalda a los revolucionarios de los años 30.

Todos los que nos reclamamos del trotskismo debemos decir juntos a los trabajadores que hay que romper con esta clase de reformismo estalinista reaccionario, que bajo una apariencia ultrarrevolucionaria edulcoran y salvan los bolsillos de la clase dominante con su programa retrógrado. Debemos denunciar juntos toda pseudo-teoría socialdemócrata y estalinista y advertir a la clase obrera que sus aliados y su fuerza no está en el Frente Obrero, muy al contrario, estos serán su verdugo si prosigue su crecimiento entre la juventud obrera. Los aliados de los trabajadores están en la clase obrera mundial que hoy lucha en la calle contra la represión, contra la imposición por parte del régimen de la unidad de España, contra las leyes antiinmigración, contra el machismo, etc. Es con ellos con quienes debemos coordinar nuestra lucha.
Ahí están las fuerzas para enfrentarnos a la parásita monarquía de los Borbones y a todos los gobiernos imperialistas de la Unión Europea. El programa del Frente Obrero - PML (RC) es un obstáculo para aplastar a la Monarquía y su Régimen en el Estado español.
A la patronal y a la monarquía se las derrota con la fuerza que ejerce la clase obrera por el rol que tiene en la producción, expropiando a la oligarquía como única forma para garantizar que mejore su nivel de vida, sobre las ruinas del estado burgués, con el triunfo de la revolución. Si hubiera una revolución hoy el Frente Obrero sería las fuerzas de choque de la reacción.

¡No podemos permitir que el Estalinismo levante cabeza! Lo conseguiremos uniendo a la clase obrera por un programa verdaderamente revolucionario. El Frente Obrero - PML (RC) no representa una salida para la clase obrera y las naciones oprimidas por la Corona.
¡Tenemos que desenmascarar su reformismo reaccionario disfrazado de palabrería pseudorrevolucionaria y pseudomarxista!

 

 DEMOCRACIA OBRERA - Estado Español
(miembro de la FLTI - Colectivo por la Refundación de la IV Internacional)

 

 


Pancarta  del Partido Marxista-leninista (Reconstrucción Comunista) con la foto de Stalin delante


Roberto Vaquero, líder del Frente Obrero y Secretario general del PML (RC) dando un discurso en su desfile de la República ante las fotos de Marx, Engels, Lenin, Stalin y Hoxha


Pancarta del Frente Obrero


Desfile en formación del PML (RC)


Desfile del Frente Obrero portando antorchas


Pancarta de PML (RC) ante las Puerta de Alcalá de Madrid con los rostros de Marx, Engels, Lenin, Stalin y Hoxha


La Puerta de Alcalá de Madrid en 1937 con el rostro de Stalin en el arco central.


Campamento de la Juventud Marxista-leninista (Reconstrucción Comunista) realizando ejercicios de combate.


Campamento de la Juventud Marxista-leninista (Reconstrucción Comunista) realizando ejercicios de combate.


Roberto Vaquero (del F.O. y del PML-RC), segundo por la derecha, junto a otros tertulianos en un debate del canal de televisión ultraconservador El Toro TV (antes Interconomía)


 

 

 

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